viernes, 13 de diciembre de 2013

10º Aniversario

Hace ya 10 años que comenzó la Campaña en Defensa de la Vega de Lamiako. Diez años desde las primeras cartas enviadas a las administraciones y reuniones para abogar por esta maltrecha marisma. Diez años de preguntas sin  respuestas, de puertas cerradas, de frustraciones… y de algunos, pocos, éxitos. ¿Valoración? ¡Seguimos en ello!. Hay momentos de mucha actividad (informes, consultas, alegaciones, solicitudes….) y meses de calma. Siempre buscando fisuras, recovecos, argumentos, pruebas, datos…. y, a ratos, yendo a “la escuela de Lamiako” a relajarse, disfrutar y aprender…. 
Es un pulso entre David y Goliat: Ayuntamiento, Diputación, Autoridad Portuaria, Demarcación de Costas, Gobierno Vasco, Consorcio de Aguas…. todos juntos tratando de acabar con Lamiako y un puñado de terc@s naturalistas enfrente; en medio, la Vega de Lamiako.
Desde hace muchos años, entre todos vienen asfixiando la Vega de todas las maneras posibles; en este momento, la Demarcación de Costas, ella una más, nos pide, sin soltar la presa, que demostremos que sigue viva, que es una marisma… ¡maldita sea! ¡sigue viva! Respira bajito pero ¡Lamiako VIVE!. ¿Cómo se puede tener la desfachatez de hablar de defensa del medioambiente mientras se exige se demuestre que una víctima no está muerta para no darle la puntilla? …o dársela de todas maneras. Todos los planes que se ciernen sobre Lamiako son una flagrante contradicción, un despropósito.
A veces, paseando por el Abra trato de imaginarme cómo sería el magnífico estuario del Nervión… le debemos Lamiako al Abra. No nos rendiremos.
Gracias a tod@s los que habéis estado o estáis en este pulso desigual, incluidos los que sencillamente dais vuestro apoyo moral.  

Begoña Zorrakin

domingo, 1 de diciembre de 2013

Citas de diciembre

 En 2002, por estas fechas, un voluntariado, organizado al margen de las administraciones que "no tenían medios", recorríamos las playas del entorno del Abra (La Arena, Las Arenas, La Bola, Ereaga, Arrigunaga....), desde muy temprano, bajo la lluvia, con ropa de agua prestada por los servicios de limpieza de las playas, recogiendo aves petroleadas. Las recuerdo entre las olas que las acercaban, sucias enfermas y agotadas, a la orilla. Las recuerdo defendiéndose de nosotr@s a picotazos cuando las atrapábamos y las queríamos envolver en un trapo para evitar la hipotermia. Recuerdo cómo se revolvían en las cajas donde las metíamos. La mayoría acabaron muriendo.

 Entramos en el último mes del 2013 con frío y lluvia. 
Entramos con el txaparrón de la sentencia del Prestige.

Y once años después....

El 19 de noviembre de 2002 se producía frente a la costa de la Muerte en Galicia el hundimiento del Prestige que, con el vertido de 77.000 toneladas de petroleo, provocó uno de los mayores desastres medioambientales de la historia de la navegación y que afectó desde el norte de Portugal a las Landas de Francia.

La respuesta fué otra marea, ésta vez blanca, de voluntari@s, que se lanzó a a las costas a retirar el txapapote y a rescatar las aves que llegaban petroleadas a las costas; iba acompañada de un clamor popular que gritaba Nunca máis.

El 13 de noviembre de 2013 conocíamos la sentencia que, en conclusión, afirma que la catástrofe medioambiental del Prestige no tuvo responsables y sólo condena al capitán del petrolero a nueve meses de prisión por un delito de desobediencia grave a la autoridad.
Sale no barato ¡gratis!.
Así el grito de Nunca máis debe estar provocando sus carcajadas.
Así seguiremos con Moitos máis
 No hay palabras para tanta indignación.